Nicaragua es uno de los países de la región centroamericana que busca combatir el Covid-19 a través de la aplicación de la vacuna Sputnik V, que por ahora se está aplicando a personas con insuficiencia renal, como a pacientes oncológicos y otro tipo de enfermedades crónicas.
El objetivo del gobierno es inmunizar a este sector de población vulnerable y mermar la enfermedad en el país. La vacunación alcanzará en un primer momento al 55 por ciento de la población, aunque el propósito es conseguir la cobertura total a través de la compra de fármacos producidos por laboratorios de Rusia (Sputnik V), Estados Unidos (Moderna), Reino Unido (AstraZeneca) e India (Bharat Biotech).
De acuerdo con la vicepresidenta Rosario Murillo la aplicación de la vacuna es voluntaria. En Estelí, algunos ciudadanos consultados se muestran positivos con la iniciativa de la inmunización, mientras otros prefieren seguir manteniendo el distanciamiento físico, uso de mascarillas y lavado frecuente de manos como medida preventiva ante el Covid-19.
"En mi opinión, está muy bien para quien se manera vamos voluntaria quiera aplicársela, en mi caso no me la aplicaría por el momento para seguirme cuidando y ver sus reacciones tiene en diferentes personas", expresó uno de los pobladores consultados.
"Es una excelente noticia que la vacuna haya llegado a Nicaragua, pienso que si ya está certificada y probada hay que ponérsela aunque da cierto temor, yo me la pondría", refirió otro esteliano. "Yo tengo confianza en el Señor y no me voy a poner", sostuvo una ciudadana.
"Yo no estoy preparada, tengo miedo, puede ser peor, así que no me la pondría", manifestó otra pobladora. De acuerdo con algunos ciudadanos, falta información sobre la vacuna y temen que las reacciones sean perjudiciales para su salud.
