Un perro murió ahorcado en el patio de una vivienda en Chinandega. La mascota quedó amarrada por varios días y al intentar soltarse se asfixió con la misma cuerda. Otro can permanecía atado junto al cadáver.
Vecinos del reparto David Andino percibieron la fetidez que provenía del patio de una vivienda, cuyo propietario no estaba. Los perros, desesperados ante la falta de agua y alimento, empezaron a enredarse entre las cuerdas hasta que uno de ellos se ahorcó y el otro quedó sin remedio junto al cuerpo de su compañero.
El propietario de las mascotas fue identificado como Luis Robleto, un abogado que no regresa a su casa desde hace varios días. Fueron sus familiares quienes acudieron a la casa y soltaron a la mascota sobreviviente y sepultaron a la otra.
Los perros son leales con sus dueños, pero en este caso la lealtad no fue recíproca. No cuidar de las mascotas y permitir que perezcan, es un acto negligente y cruel que debe combatirse.
Vecinos del lugar criticaron la acción, pues consideran que los animales deben ser cuidados como si fuesen otro miembro más de la familia. Éste se suma a la decena de casos de maltrato animal que se reportan a diario en distintas partes de Nicaragua.
