Recientemente, el país se vio afectado por el paso del huracán Eta por la región del Caribe Norte y ahora se enfrenta a una nueva amenaza por el huracán Iota, de categoría 5 y que podría generar vientos catastróficos, marejadas ciclónicas mortales e impactos fuertes de lluvias para la región del istmo centroamericano.
Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, denunció que ante la llegada de los desastres naturales a Nicaragua siempre sean los más pobres lo que son dejados en el olvido pese a ser los más afectados.
Báez instó a los fieles católicos a no renunciar a las muestras de solidaridad hacia los más necesitados y entregar un poco de los bienes materiales que Dios les ha concedido en la medida de sus posibilidades. El obispo auxiliar de Managua pidió a los fieles católicos “no permitir que la tentación de la indiferencia” se apodere de sus vidas.
El cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, también hizo un llamado para que se realice una jornada de ayuno, oración y reflexión en todas las parroquias de la capital, Masaya y Carazo, en vista del nuevo fenómeno natural Iota que afectará mayormente el Triangulo Minero y la Costa Caribe Norte.
“Sus casitas han quedado débiles, las estaban recomponiendo y hay ahora una nueva amenaza. Mantengámonos en oración, en un triduo los días lunes, martes y miércoles, luego el jueves el día del santísimo, para que el señor proteja y acompañe a estos hermanos”, manifestó Brenes.
