Este lunes la policía brindó un informe asegurando "el esclarecimiento del incendio ocurrido en la capilla la Sangre de Cristo de la Catedral de Managua", registrado el pasado viernes 31 de julio antes de medio día. Según la policía, el suceso "no fue intencional" y descartó mano criminal, contrario a la versión denunciada por los representantes de la iglesia católica, quienes catalogaron el hecho como "acto terrorista y planificado".
En declaraciones dadas este medio día, la policía sostuvo que "la causa del incendio fue la combinación de los gases de alcohol al 96% más el calor generado en una veladora encendida de forma permanente dentro de la capilla". "Los vapores de alcohol acumulados en el interior de la cúpula de La Sangre de Cristo al mezclarse con el aire caliente (temperatura de 36.1°C), produjeron el fuego...es un proceso conocido científicamente como de solvatación", expresó el inspector general de la Policía, Comisionado Jaime Antonio Vanegas Vega.
"El incendio en la capilla de La Sangre de Cristo no fue intencional, descartándose mano criminal", agregó Vanegas. Además presentaron a dos testigos que aseguran que había una vela encendida en la capilla y que no observaron a nadie sospechoso en el templo, versión que no coincide con la que se dio a conocer el viernes, donde una de las feligreses aseguró haber visto a un hombre con el rostro cubierto.
La afectación a la capilla y a la antiquísima y venerada imagen de la Sangre de Cristo ha causado indignación, rechazo y tristeza no solo en Nicaragua, sino en varias partes del mundo. El Papa Francisco se refirió a ello como un atentado mientras que el Cardenal Leopoldo Brenes la catalogó como "una acción demoníaca".
