En el barrio Yahosca del municipio de San Isidro, en el departamento de Matagalpa, vive don Ben Hur Jirón González, maestro jubilado y carpintero por pasión. Un hombre que se ha dedicado durante los últimos años a la fabricación de muebles, puertas y ventanas en madera fina, pero también los ataúdes para los muertos del pueblo.
El profesor Jirón cuenta que estudió magisterio, pero que el oficio de carpintero lo heredó de su padre, por ello siempre ha estado en contacto con la madera, pero nunca se imaginó que la pandemia del nuevo coronavirus lo llevara en los últimos meses a la fabricación exclusiva de ataúdes.
No es un proceso fácil, ya que se requiere de madera de colores y de calidad, pero también de la creatividad para cumplir el gusto del cliente, puesto que hay que darle algunos toques artísticos a la madera.
Tradicionalmente los ataúdes los fabricaba únicamente por encargo para los finados del pueblo y debido a que estamos en una emergencia sanitaria por la pandemia, trata de mantener algunos hechos, aunque ruega a Dios que no se tengan que utilizar.
"No hemos vendido todavía, estamos preparándolos primero...nosotros trabajamos ya cuando el cliente los pedía, cuando ya estaba muriendo algún familiar, entonces ya lo hacíamos y lo entregábamos, pero ahora me ha dado por tenerlos hechos", explica.
Este humilde y talentoso tallador de la madera de San Isidro asegura que los precios de un ataúd con detalles tienen un costo de entre 9 mil y 10 mil córdobas, mientras que los más sencillos pueden llegar a valer 7 mil córdobas, todo depende del tipo de madera y materiales que se emplean.
