Familiares, amigos, compañeros de trabajo y algunas personas que lo escuchaban todos los días a través de la radio se despidieron la tarde de ayer lunes de Ramón Castro Argüello, quien se destacó por su inigualable voz dedicada a la locución durante unos 40 años de su vida. Castro también impartió cursos, fue maestro de ceremonia, periodista y presentador de televisión.
Ramón Castro fue enterrado ayer en el cementerio municipal Señor de Esquipulas, entre la nostalgia de las personas más allegadas a él y su familia.
Don Carlos Alberto Castro, padre de Ramón recordó con lágrimas la dedicación, pasión y empeño que su hijo tenía por su trabajo y relata que siempre fue autodidacta pues estaba pendiente de mejorar y actualizar sus conocimientos, recordó que desde niño Ramón jugaba a ser locutor hasta que logró serlo y dejar huella con su labor.
"De pequeñito jugaba con unas latitas, según él estaba locutando", contó don Carlos, quien relató cómo su hijo vivía al día con todos los adelantos tecnológicos, noticias y todo, siendo el internet uno de sus mejores aliados.
El papá de Ramón relató también que su hijo no solo tenía conocimientos sobre la comunicación sino que estudió psicología, desarrollo social y ciencias políticas, además recibió enseñanzas en países como México y Cuba.
"La resignación que tenemos es que él estaba bien entregado a las cosas del Señor y tenemos la fe de que él está descansando", expresó don Carlos Alberto Castro, quien agregó que Ramón fue "un buen hijo, nosotros nos portamos bien con él porque compartíamos con él".
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"Desde hace rato que estaba enfermo, padecía de azúcar que se lo detectaron ya tarde, ya le había afectado bastante, por último era problemas en los riñones y en el corazón", lamentó don Carlos Alberto Castro, quien agradece la solidaridad y el cariño demostrado por el gremio periodístico, oyentes y amigos al conocer la sensible noticia del fallecimiento de Ramón, que aunque les deja un gran vacío y tristeza tienen el consuelo de que su muerte no fue en circunstancias violentas y que él fue muy entregado a los caminos de Dios.
Por su parte, Miriam Raquel Gómez, esposa de Ramón Castro, manifestó lo doloroso que fue encontrarlo sin vida cuando ella regresó de trabajar y aunque las autoridades no se presentaron al lugar pese a las llamadas telefónicas que se les realizaron, considera que su muerte fue producto de un infarto debido a las enfermedades que le aquejaban desde hace bastante tiempo.
"Él quedó acostado, yo entré, lo toqué, le dije respóndeme Ramón, y él no me contestaba, le sentí la piel helada...ya estaba muerto. Esto va a ser una prueba que sólo Dios me va a ayudar para salir adelante", manifestó con dolor la ahora viuda.
Raquel guardará para siempre los recuerdos de que Ramón fue un buen esposo, responsable, creyente, especial, profesional y talentoso, a quien no esperaba despedir tan pronto. El próximo 9 de junio la pareja cumpliría 7 años de haber contraído matrimonio.
"Un hombre bien obligado, amoroso, dedicado al Señor, un hombre muy especial, muy profesional, sabio, con discernimiento, sabio, con don de ciencia, con unos dones increíbles, talento, era único", describió Miriam Raquel Gómez a su esposo, de quien asegura será muy difícil borrarlo de su mente.