Después de confirmarse los primeros casos positivos por el nuevo coronavirus en Nicaragua, muchas familias han optado por establecer en sus hogares su propio protocolo de higiene y protección.
El resguardo en casa, distanciamiento, lavado de manos frecuentes y uso de alfombras con cloro para la desinfección de los zapatos, son algunas de las medidas.
Producto de la pandemia, los niños, mujeres y hombres permanecen más tiempo en casa y esos espacios deben aprovecharse para fortalecer el vínculo familiar a través del respeto, la comunicación y responsabilidad compartida.
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Magda Benavides, miembro del equipo de coordinación de la Asociación Miriam de Estelí, dijo que si todo esto se pone en práctica los niños y mujeres tendrían entornos seguros y saludables, además se gozaría de un mundo libre de violencia y enfermedades.
Benavides agregó que aunque exista una crisis económica y de salud, las familias siempre deben encontrar el lado positivo a la vida y una de ellas es ideando acciones, planes y proyectos que permitan enfrentarla con fortaleza, en los ámbitos fiscales y emocionales.
La sana distancia no es autoexcluirse de la realidad y necesidades de la familia. Conviene reforzar con alimentos, educación y atención las recomendaciones que brinden las instituciones de salud para prevenir el coronavirus.
Tampoco debe olvidarse la importancia que tiene la denuncia en caso de que la niñez y las mujeres estén sufriendo algún tipo de abuso o violencia.
