"Soy un esteliano, nicaragüense, que se no puede quedar en casa porque se tiene que ganar el pan de cada", asegura Raúl Zeledón Cruz, quien decidió hace unos años emigrar a México y dejar su natal Estelí con el deseo de superarse económicamente para ayudar a su familia en Nicaragua.
Él trabaja dando mantenimiento a edificios en la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, México, donde hasta este lunes 30 de marzo existían 48 casos positivos de coronavirus, según la Secretaria de Salud.
"Aquí las cosas no están muy bien, haz de cuenta que cuando sales de tu tierra vienes con otras esperanzas, otras expectativas de superarte y se ha venido dando ese problema del virus de Covid-19 y los trabajos se han reducido, es difícil porque se no cierran las oportunidades, se nos cierran las puertas de un día para otro", expresa con preocupación Raúl.
Raúl Zeledón Cruz salió de su natal Estelí hacia México, buscando mejores oportunidades laborales. Foto: Cortesía
El esteliano comenta a Noticias ABC que no trabaja para una compañía sino por cuenta propia y la pandemia del Covid-19 ha comenzado a generar estragos en su economía, ya que muchos dueños de negocio donde presta sus servicios de pintor y electricista han cerrado.
"Aquí en el estado de Nuevo León, en Monterrey, ya está la cuarentana, hay negocios cerrados, no tienen tiendas abiertas, la gente no quiere abrirte las puertas por el miedo de contagiarse. Tenemos hijos que dependen de nosotros, al momento de que no tenemos el trabajo pues igual ellos perecen porque no hay envío de dinero para ellos", lamente Raúl.
Pese a la emergencia sanitaria, este nicaragüense con un poco de temor de contagiarse del virus se arriesga y sale a las calles en busca de trabajo y ganar algo de dinero, ya no solo para enviar a su país, sino para pagar la renta de su cuarto y comida.
El esteliano trabaja dando mantenimiento y asegura que las oportunidades han disminuido a raíz del Covid-19. Foto: Cortesía
Él usa tapabocas y guantes, ya que cree que de esa manera podría evadir el contagio, pero eso es muy difícil en una ciudad de más de cuatro millones de habitantes, por lo que el distanciamiento social podría ser efectivo.
"La gente aquí está prevenida, usa dos metros de distancia, no se saluda con la mano solo hola de larguito, si vas a viajar en el Metro, la gente no se amontona, si se subían 20 a 30, ahora solo se suben 5 o 10", reconoce el joven.
Aunque se mantiene en un país extraño y lejos de su familia, asegura que las unidades de salud están disponibles para todos los sectores y sin estatus social. "Para visitar los hospitales hay muy buena atención, no se fijan en tu nacionalidad, aquí para todos hay", asegura Raúl.
