Decenas de feligreses católicos de diferentes comunidades y municipios de la zona norte de Nicaragua llegaron en buses, vehículos particulares y a pie para congregarse ayer miércoles 11 de marzo en la parroquia San Isidro Labrador del municipio de Condega, en el departamento de Estelí, para participar de la misa eucarística y honras fúnebres de Monseñor Julio César Videa Rodríguez, quien a sus 93 años de edad y 68 años de servicio sacerdotal, se rindió ante la muerte el pasado 8 de marzo.
Los restos de Monseñor Videa fueron cargados en hombros por miembros del Clero Diocesano de Estelí, desde el salón pastoral al templo San Isidro Labrador, cuya construcción fue impulsada por Monseñor Videa en 1957 y que se convirtió en su primera parroquia, después de haber sido ordenado sacerdote en Puebla, México en 1952.
El clero de la Diócesis de Estelí estuvo presente en la misa exequial de Monseñor Videa. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
La misa fue celebrada por Monseñor Juan Abelardo Mata Guevara, Obispo de la Diócesis de Estelí, quien destacó que Monseñor Julio César Videa se convirtió en uno de los tres pilares fundamentales de la creación de la diócesis esteliana.
También expresó que el título de monseñor es honorífico y que fue otorgado mediante el decreto canónico 406 emitido por la Diócesis de León en reconocimiento a su labor evangelizadora y que una de las peticiones en vida de Monseñor Videa fue la de ser sepultado en la primera parroquia que él construyó, lugar donde hoy reposan sus restos.
"Fue el primero en ir a buscarme a Managua have más de 30 años y presentarse como Vicario General que estaba aquí en la Diócesis de Estelí. Siempre fue un hombre de mucho respeto a la autoridad con hondo sentido de iglesia, ese es el gran legado que nos deja a nosotros, sobretodo es un modelo de vida sacerdotal para las nuevas generaciones", manifestó el obispo Juan Abelardo Mata a Noticias ABC.
Feligreses mostraron cariño y tristeza ante el fallecimiento de su guía espiritual. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
"Él nunca quiso alejarse de Condega, le tenía un afecto especial a Condega, yo estaba preocupado por su salud y necesitaba más asistencia pero él me suplicó que no lo cambiara de Condega, que lo dejara aquí", añadió el obispo.
Por su parte, el presbítero Julio Melgar, párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Estelí recordó que a "Monseñor Videa le decía pan de azúcar porque era un hombre con una profunda vida interior, como humano nunca hablaba mal de nadie, con todo mundo se llevaba bien".
Muchos fueron evangelizados a través del canto y la palabra de Dios que transmitió Monseñor Videa
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Pueblo Nuevo es el vientre fecundo que ha dado vida a distinguidos servidores de Jesucristo desde la iglesia católica en Nicaragua y uno de los que permanecerá en el corazón, pensamiento y oraciones de la feligresía católica es Monseñor Julio César Videa, quien se consagró como sacerdote en 1952 y lo hizo hasta el 8 de marzo, día que se rindió ante la muerte.
Monseñor Videa fue un misionero evangelizador dispuesto a tocar el alma y el corazón del ser humano, ya que se caracterizó por ser un hombre humilde, honesto, sincero y dispuesto, manifestó don Ricardo Guevara, uno de los músicos que acompañó con la guitarra y marimba las celebraciones eucarísticas que oficiaba Monseñor Julio Cesar Videa.
"Trabajamos con él desde los años 80, trabajamos con Monseñor Videa porque era el vicario pastoral y entonces atendimos las emergencias de ese entonces", comentó Guevara.
Nola es una extranjera que se convirtió al catolicismo después de las enseñanzas de Monseñor Videa. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Mientras que Nola Marie Nackerud, una mujer de Noruega y criada en Estados Unidos que llegó en el 2001 al municipio de Condega como cooperante, sin conocer de la palabra de Dios, terminó creyendo gracias al trabajo pastoral que realizó el padre Videa.
Nola comentó a Noticias ABC que fue hasta los 56 años de edad que logró bautizarse y profesar la fe católica, gracias a la disponibilidad que siempre mostró monseñor Julio César Vida.
"Cuando vine aquí yo no era católica, pero cómo en el 2004 o 2005 yo hablé con él y le dije - Padre yo quiero ser católica - y me dijo que sí, me leyó la Biblia, me orientó buscar a una madrina y él así me bautizó", recordó Nola.
