Hoy 2 de abril, se celebra a nivel mundial, el día del autismo, el cual es un trastorno de origen neurobiológico que afecta al sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades principalmente en la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

Una de cada 160 personas del mundo padece autismo, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Una de las personas que vive con esta condición en la ciudad de Estelí, es la pequeña Isabelita, de 5 años de edad, a quien se le diagnosticó este trastorno en el año 2015.

La licenciada Isabel Raudez, mamá de Isabela, relata que desde su nacimiento, la niña presentaba comportamientos diferentes, por lo que fue valorada en algunas clínicas pero los diagnósticos no parecían lógicos, por lo que continuó buscando explicaciones, no obstante, cuando le detectaron autismo entró en un estado de negación y siguió buscando otras versiones durante aproximadamente un año, pero el resultado fue reconfirmado.

Isabilita fue diagnosticada con autismo en el año 2015. Foto: Cortesía

Raudez relata que lo más difícil de tener una hija con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), es la "deshumanización" de la sociedad. Tratar sus síntomas también es complicado porque pasan muchas noches sin dormir, aunque se trata de entenderlos en sus diferentes crisis.

Otras de las dificultades para tratar la condición de Isabela ha sido el tiempo y economía para asistir a las terapias, ya que eran recibidas en Teletón Ocotal, pero debido a las complicaciones económicas, hace un año que la niña no va a terapia, por lo que su mamá ha optado por aplicar en casa lo que aprendió en Teletón.

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Su mamá teme que la niña sufra discriminación. Foto: Cortesía

"Los principales síntomas que empezó a presentar Isabela fueron convulsiones tónicas en sus piernitas, de la cintura hacia abajo, empezó a caminar en puntas, dejó de hablar. Ósea yo miraba que el desarrollo de la niña fue normal hasta el año y medio, después de eso yo sentí que la niña se quedó en seco, los demás niños avanzaban y ella no, a partir de ahí yo me alerté", relata Raudez.

"Al inicio Isabelita no nos atendía, no nos escuchaba, no tenía contacto visual con nosotros. Había días que no dormía, que lloraba y no sabíamos porque", comenta esta madre, quien añade que visitaron alrededor de 7 médicos en un año sin obtener una respuesta lógica porque cada especialista les deba un diagnóstico diferente.

Teme sufrir discriminación

El mayor temor de Isabel es faltarle algún día a su hija y que pueda ser discriminada por la sociedad y los maestros, que no entiendan la lucha que viven cada día.

A los padres de otros niños con autismo, Ráudez recomienda que acepten la condición de sus hijos, ayudarles a superar las dificultades, tenerles paciencia y amor, y enseñarles lo necesario para que sean independientes.

Para tener un diagnóstico completo de autismo, los pacientes deben ser evaluados por un pediatra, un psicólogo, un logopeda y un especialista del espectro autista.