El verano es la época del año que convierte en un verdadero calvario la vida de muchos habitantes del campo y la ciudad, quienes padecen de sed debido a que las fuentes de agua de las que se abastecen, quedan completamente secas.
El verano es la época del año que convierte en un verdadero calvario la vida de muchos habitantes del campo y la ciudad, quienes padecen de sed debido a que las fuentes de agua de las que se abastecen, quedan completamente secas.
La situación es similar en muchas zonas del norte de Nicaragua, donde la crisis se ha venido repitiendo en los últimos años y pese a que cada vez es más grave, no existen planes de parte de las autoridades para enfrentar los siguientes veranos.
El acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano fundamental que la Asamblea General de Naciones Unidas reconoció el 28 de julio de 2010.
Yelba Carolina Sánchez Cruz, Las Minitas Somoto
Naciones Unidas reafirmó que un agua potable, limpia y el saneamiento son esenciales para la vida de los seres humanos.
Noticias ABC hizo un recorrido por comunidades de Madriz y barrios de la cabecera departamental de Nueva Segovia.
Las realidades son distintas. Unas poblaciones están conformes con recibir el agua un día de por medio y por unas horas; y otras, con situaciones dramáticas, donde las llaves solo chiflan el aire.
Neisy del Socorro Pérez, de la comunidad La Rioja, municipio de Somoto, dijo que a la media noche ella debe de estar atenta a que el agua llegue a su vivienda.
Ya es parte de su rutina, porque hasta esa hora y quizá rogándole a Dios, espera que al abrir la llave brote el agua para llenar los recipientes. Para Neysi del Socorro Pérez, es como una rifa. A veces llega y a veces no.
Otras 13 familias de la comunidad La Rioja, repiten la misma estresante rutina
En la vecina comarca Las Lajitas, la situación es igual. Deben estar en vigilia para llenar trastes a la medianoche.
La diferencia, según Daysi María Jiménez Espinoza, es que la llave chorrea agua con mayor frecuencia. Y es solidaria con personas de la comarca La Rioja que llegan a pedirle una botella de agua.
Por su parte, Darling Medina Ramos, de la comunidad Cacaulí Arriba, abrió la llave para mostrar que no cuenta con el vital líquido.
IMG | Darling Medina Ramos, de la comunidad Cacaulí Arriba del municipio de Somoto.
El agua que tenía en la pila es la que compra a vendedores en carretas de bueyes, a 90 córdobas los dos barriles. Solamente la utiliza para lavar ropa y el aseo personal.
Una vecina suya que quiso vivir en la comunidad, cerró la casa y se fue a vivir a Somoto, llevándose hasta las macetas con plantas que se le estaban secando por la escasez de agua.
Para la familia de Julio César Vásquez, que tiene su casa en un bordo, al final del adoquinado en Cacaulí, la situación es más dura. Sobrevive de la solidaridad de otros vecinos para tener el vital líquido.
"Por lo menos ahorita tenemos dos meses que no nos viene. Yo que vivo en este bordo, no me sube el agua" , manifestó.
Los sectores de Cacaulí Arriba, Las Lajitas y La Rioja, están conectados a la red del servicio de la ciudad de Somoto que está administrado por la empresa pública Enacal.
Hace unos tres años, según los entrevistados, estas comunidades se abastecían regularmente de un pozo, el cual fue cerrado para pasarse al servicio de Somoto.
El cambio buscaba que la población tomara de un agua más limpia, pero las fallas de distribución y probablemente de un bajón en el nivel de las fuentes que utiliza Enacal, vino en escasez.
Lo que no escasea en estas comunidades áridas de Somoto, es la factura de cobro, con sumas a pagar, como si el servicio lo recibieran normal, tal como lo indica Julio César Vásquez.
Después de La Rioja, a través de un camino polvoriento y pedregoso, se llega al caserío de Matapalo.
La situación del acceso del agua es distinta. Dependen de un pozo artesiano, que según Suyapa del Carmen Ramos, habitante de la comunidad, ha mantenido el nivel de agua.
Lo que resienten los pobladores es la distancia, pues, acarrear el agua, en el caso de las mujeres, a la cabeza, es una manera que cansa.
EL AGUA EN LA ESPERANZA Y OCOTAL
La comunidad de La Esperanza, municipio de Yalagüina, prevaleció con la esperanza de encontrar un nuevo acuífero cerca de la comunidad para que la vida de las mil 250 personas que residen aquí, más las 350 de la vecina comunidad de Arado Quemado, continuara siendo posible.
El 2015 y parte del 2016, recordarán la peor crisis de agua potable, después que vieron secarse los pozos de Michigüiste y el que les abastecía regularmente las llaves de las casas.
La gestión de agua en estas comunidades fue rápida y efectiva por parte de la Alcaldía de Yalagüina y el gobierno central a través de Enacal.
El chorro no está permanente en las llaves, pero el abastecimiento en cantidad y frecuencia es satisfactorio para los habitantes.
Juan José Rivas Molinares, líder de la comunidad y concejal de la Alcaldía de Yalagüina, reitera constantemente las gracias a Dios por haber encontrado una solución a la grave crisis del agua "le damos gracias a Dios, porque ahora tenemos un pozo excelente. Nos tira 100 galones por minuto, dijo"
Al mismo tiempo, hizo el llamado a revisar la factura de energía eléctrica que cada mes llega más alta y no se les aplica el subsidio que se les debe dar a los pozos comunitarios.
Para comprender los problemas expuestos por los habitantes de estas comunidades y sectores de Somoto, visitamos las oficinas de Enacal en esa ciudad para obtener una explicación o respuesta del delegado, pero se nos indicó en dos ocasiones que no se encontraba en la ciudad de Somoto.
El comandante de los bomberos en Somoto Fredy Eugarrios, institución que ha apoyado con el abastecimiento dijo que en conjunto con el COMUPRED tienen un plan para garantizar el abastecimiento local.
Detalló que en las comunidades de Santa Isabel, Santa Rosa y los barrios más altos de la ciudad de Somoto están siendo abastecidos con cisternas que entregan el suministro para el uso exclusivo del consumo humano.
Millonaria inversión en Nueva Segovia
En la vecina ciudad de Ocotal, dos mil 500 estarían recibiendo diariamente un estimado de 40 litros de agua, a través dos cisternas de Enacal, según datos que esta empresa pública ha proporcionada a un medio local.
Son cerca de 500 familias que residen en puntos altos de once barrios, adonde no sube el agua por la tubería, por debilidades del sistema de distribución.
La búsqueda de un nuevo proyecto para garantizar el agua del futuro ha sido esporádica por parte de las instituciones de gobierno.
Extraoficialmente se conoció que esta semana las alcaldías de Ocotal, Dipilto, Enacal, la Autoridad Nacional del Agua e Ineter presentarán un proyecto de restauración de la subcuenca del río Dipilto por un valor de 6 millones de euros, aportados por la Cooperación Suiza para el Desarrollo.
Rio Dipilto que abastece Ocotal
El proyecto incluiría la ampliación de la represa y la capacidad de la planta potabilizadora de Enacal, y el involucramiento de más de 800 fincas del municipio de Dipilto que deben mantener los bosques captadores de agua.
